lunes, 15 de abril de 2013

LOS HOMBRES DEL PASILLO

 
Haciendo de mis recuerdos un acompañante perfecto... en el tránsito de una ciudad... en la cual... cada vez las calles son más pequeñas... he recordado a los hombres del pasillo….

LOS HOMBRES DEL PASILLO.

Los hombres del pasillo…
son la maquinaria perfecta para que una oficina funcione.

 
Los hombres del pasillo…
comparten sus penas a través de la alegría, el chascarrillo ameno,
la leperada acida y el albur oportuno.

 

Los hombres del pasillo…
son puntuales en su llegada y en su salida...
comen poco pero a su hora.

 

Los hombres del pasillo…
los hay en todos los tamaños: altos, bajos medianos…
visten cómodos, en algunas ocasiones usan saco y corbata
las mangas de la camisa siempre están arremangadas, como querido pelear.

 

Los hombres del pasillo…
se reúnen después de la oficina para anestesiar su angustia o preocupación
gritan, ríen en voz alta, piensan poco y toman mucho.

 

Los hombres del pasillo…
son cuidadosos con su pluma, su lápiz, su engrapadora y hojas blancas…
y son despreocupados de las cosas de los hombres con oficina.

 

Los hombres del pasillo…
cargan con los oficios, los memos, notificaciones y con todos aquello que
nadie quiere hacer, pero que suele ser más importante.

 

Los hombres del pasillo…
somos los olvidados por el tiempo, pues a veces nos confunden
con la silla, el escritorio y hasta en algunas ocasiones... con una computadora.

 

Los hombres del pasillo…
somos inventariados como un activo fijo y vemos pasar...
los minutos, las horas, los días, los meses y los años...
hasta que llega el día de dejar la silla rota, un escritorio con nuestras iniciales y un pasillo viejo.

 

Los hombres del pasillo…
reciben en sus manos huesudas una medalla por sus 30, 40 y hasta 50 años de servicios...
y ese día... es el día... es su año... en su vida...
pero en cuanto llegan las 17:00 horas vuelven al pasillo, por sus cosas.

 

Los hombres del pasillo…
dejan su alma, su espíritu, su esencia en el pasillo...
y en muchas ocasiones... quienes somos nuevos... solemos escucharlos todavía.

 

Los hombres del pasillo…
se convierten en fantasmas…
y yo...
ya son las...
17:00 horas...hasta mañana.

 

Fraternalmente
Ulises Pantoja Baranda.

 

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