La
marcha de todos los días…
La marcha de todos los días -¡carajo
ya no llegue… me agarro la marcha!... - y ahora ¿qué paso? … llevo varias horas
parado…
Estas y muchas pero muchas más… son
las expresiones que usamos a diario en nuestra ciudad de México, y todo por la
inactividad del gobierno, quienes dicen: “no lesionar los derechos de los individuos que
se manifiestan” pero ese derecho –como todos- es un derecho claramente acotado;
es decir, no debemos violentar los derechos de terceros, no debe de haber actos
ilícitos (pintas, robos, destrucción), no se debe atacar al orden público.
Pero más preocupante es el accionar
de la autoridad que debe y se ve obligada a cumplir la demanda de los
manifestantes, aun y cuando no les asista la razón y el derecho, pero lo que no
debemos olvidar, es que la construcción de la democracia no radica en la
violación sistemática del derecho a terceros, ni en el consentimiento de
diversos actos ilícitos en pro de una demanda.
Y hay que decirlo de manera enérgica,
el abuso en el ejercicio de los derechos y libertades se ha convertido en
México, en un freno para las funciones del gobierno y en un medio de afectación
de los derechos de los demás, es decir, los derechos humanos de la libertad de
expresión y libre tránsito, hoy en día, es un ejercicio arbitrario e
irresponsable, desde el momento que afecta los derechos de la sociedad, que al
final del día cuesta varios millones de pesos.
En cualquier estado de derecho se usa
la fuerza pública –para eso fue creada- lo único que tiene que hacerse es
cuidar que esa fuerza del estado, se use dentro del marco de la legalidad de
los derechos del individuo, de no hacerlo así, el Estado nos conduciría a una
imposibilidad de desarrollo social.
La vida democrática de México ha ido
avanzando de manera considerable, creado órganos destinados a la tutela y
promoción de los derechos humanos y mejorando sus leyes, razones por las cuales,
resulta difícil que pueda considerarse un estado represor, si lo único que
procura es el desarrollo de la sociedad, bajo una ambiente de armonía y
legalidad.
En fin amigos
míos …
Suerte … en
la marcha de todos los días…
Fraternalmente,
Ulises
Pantoja Baranda