miércoles, 23 de octubre de 2013


Tema viejo…
Tema joven…
Sorpresa¡¡¡¡¡¡¡
¿De qué nos sorprendemos?... si el espionaje ha existido desde los tiempos más memorables, al ser una actividad secreta existen pocos indicios de cuando nace, sin embargo haciendo un ejercicio de memoria, he podido recordar un pasaje de la biblia –Josué 2, 3- Josué envió secretamente a dos espías para explorar la tierra Jericó. Y como olvidar al Duque de Otranto, Joseph Fouché, creando una de las redes de espionaje más importante de su tiempo y a través de las cuales descubre una serie de conspiraciones.
También recuerdo que en las ruinas de Monte Albán en Oaxaca, los muros tenían una serie de pasillos pequeños que conectaban con las salas de los emperadores y que se utilizaban para escuchar y por ende espiar.
Con este atajo en la historia, no estoy justificando dicha actividad, pero si estoy llegando a la conclusión de que los sistemas de comunicación a nivel internacional deberán ser regulados a través de tratados internacionales en los cuales los Estados puedan comprometerse a delimitar sus actividades de espionaje.
Lo anterior... se antoja utópico y resulta difícil… pues dejaría de existir el espionaje, ya que su elemento esencial es que es secreto.
Lo anterior... se antoja utópico y resulta difícil… pues se tendría que erradicar el instinto del ser humano de codiciar el poder.
Lo anterior... se antoja utópico y resulta difícil…. pues el realismo político internacional es anárquico, pues no existe una autoridad superior a los estados capaz de regular efectivamente las relaciones entre ellos.
En fin, esto es:
tema viejo…
tema joven…
Sorpresa¡¡¡¡¡¡¡
Fraternalmente,
Ulises Pantoja Baranda.

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