Tema viejo…
Tema
joven…
Sorpresa¡¡¡¡¡¡¡
¿De qué nos sorprendemos?... si el espionaje ha existido desde los
tiempos más memorables, al ser una actividad secreta existen pocos indicios de
cuando nace, sin embargo haciendo un ejercicio de memoria, he podido recordar
un pasaje de la biblia –Josué 2, 3- Josué envió secretamente a dos espías para
explorar la tierra Jericó. Y como olvidar al Duque de Otranto, Joseph Fouché,
creando una de las redes de espionaje más importante de su tiempo y a través de
las cuales descubre una serie de conspiraciones.
También recuerdo que en las ruinas de Monte Albán en Oaxaca, los muros
tenían una serie de pasillos pequeños que conectaban con las salas de los emperadores
y que se utilizaban para escuchar y por ende espiar.
Con este atajo en la historia, no estoy justificando dicha actividad,
pero si estoy llegando a la conclusión de que los sistemas de comunicación a
nivel internacional deberán ser regulados a través de tratados internacionales
en los cuales los Estados puedan comprometerse a delimitar sus actividades de
espionaje.
Lo anterior... se antoja utópico y resulta difícil… pues dejaría de existir
el espionaje, ya que su elemento esencial es que es secreto.
Lo anterior... se antoja utópico y resulta difícil… pues se tendría que
erradicar el instinto del ser humano de codiciar el poder.
Lo anterior... se antoja utópico y resulta difícil…. pues el realismo
político internacional es anárquico, pues no existe una autoridad superior a
los estados capaz de regular efectivamente las relaciones entre ellos.
En fin, esto es:
tema viejo…
tema joven…
Sorpresa¡¡¡¡¡¡¡
Fraternalmente,
Ulises Pantoja Baranda.
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